Tours a zonas arqueológicas en Quintana Roo: ¿Cuáles valen la pena?
Si te encuentras de visita en Quintana Roo, y te interesa la cultura maya más allá de la playa, entonces tienes que conocer las opciones de tours que hay en el Caribe, el que pasa de ser algo más que una playa bonita, sino que también es historia viva.
Por esta razón, aquí hay tres tours arqueológicos imperdibles que combinan aventura, fotografías asombrosas y una conexión importante con el pasado.
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Top 3 de tours a zonas arqueológicas en Quintana Roo
- Tour a Tulum + Cenote + Playa Paraíso
Este es un clásico que no falla, porque el tour a la zona arqueológica de Tulum incluye transporte, guía certificado y tiempo libre para recorrer las ruinas frente al mar Caribe, luego se hace una parada en un cenote para nadar y relajarte, y finalmente llegas a Playa Paraíso, una de las más bellas en la Riviera Maya.
- Excursión a Cobá + Aldea Maya + Cenote
Este tour te lleva al corazón de la selva con el fin de descubrir Cobá, la que es una ciudad maya rodeada de lagunas y caminos antiguos. El recorrido incluye bicicleta o tricitaxi para hacer una mejor exploración. Igual puedes visitar una aldea maya donde puedes conocer rituales, probar comida típica y nadar en un cenote subterráneo.
Este tour es perfecto para aventureros, amantes del ecoturismo y quienes buscan autenticidad.
- Tour a Chacchoben desde Bacalar o Mahahual
Este tour te lleva a Chacchoben, una de las zonas arqueológicas de Quintana Roo menos turística, pero que es muy impresionante. Está rodeada de vegetación, y destaca por sus estructuras bien conservadas y el ambiente tranquilo.
Algunos tours combinan el recorrido con visita a comunidades mayas o paradas para comer comida local.
Este tour es perfecto para quienes han estado en Tulum o Cobá, pero quieren un plan más exclusivo y cultural.
Todos estos tours están disponibles desde Cancún, Tulum, Playa del Carmen o Bacalar, y puedes reservarlos fácilmente online o con tu hotel.
Recuerda siempre llevar ropa ligera, bloqueador biodegradable, gorra y agua. ¡Y claro, tu cámara!
